sábado, 1 de noviembre de 2014

APOLAR , CUMPLE 10 AÑOS














Desde que los Servicios de Orientación Escolar y Vocacional, SOEV, en 1977 y los Equipos Multiprofesionales, en 1982  empezasen su andadura en la orientación escolar, ha llovido mucho y ha salido el sol algunas veces. Los orientadores hemos pasado por diferentes etapas administrativas, por diferentes leyes educativas e incluso por diferentes denominaciones que han ido reflejando el cambio, en el concepto, que la comunidad educativa tenía respecto a nuestras funciones. Así hemos sido, por ejemplo: “los del MULTI/o los del SOEV”, “los pakistanís“ (pa kí están), “el loquero”, “el psicólogo” , “el psicopedagogo” y finalmente , el “orientador educativo”, o sea, el ORIENTADOR.

Sin embargo nuestras funciones nacieron desde el inicio de una forma clara, y se han ido ampliando con el paso del tiempo. Esto ha ocurrido con cada nueva ley de educación. También por las necesidades educativas que se dan en una sociedad cambiante y por las demandas que los propios centros generan. Pues una vez que nuestras tareas han sido comprendidas y valoradas (lo que ha requerido un largo y duro esfuerzo),  el trabajo conjunto de profesores y orientadores: detectando dificultades en el alumnado, dando pautas y respuestas educativas a las mismas, colaborando con familias y organismos educativos, sociales y sanitarios, obtiene en la mayoría de los casos el éxito deseado.

En este marco de aceptación y reconocimiento, pero también de lagunas, de grandes necesidades y de las complejas relaciones sociales que se dan hoy en día, trabajamos los orientadores en La Rioja.  

Hace ahora 10 años un pequeño grupo de orientadores creamos la Asociación de Profesionales de la Orientación en La Rioja, APOLAR. Sus principales fines eran: aglutinar a estos profesionales; poner en relieve la importancia de la tarea orientativa en el conjunto escolar y social, y por tanto reconocerla como una medida de atención a la diversidad y de calidad en la educación; informar a la sociedad sobre los temas concernientes a la orientación; colaborar en la formación de nuestros propios profesionales.

Posteriormente, nuestra Asociación adaptó sus estatutos y su nombre a las nuevas normativas, llamándose Asociación de Profesores de la Orientación en La Rioja, APOLAR. Renovamos la imagen, ampliamos objetivos y empezamos a caminar en las redes sociales.
El trabajo de la Asociación, salvo en alguna ocasión en la que públicamente y en voz alta ha defendido el lugar que debe ocupar la orientación en el sistema educativo, no ha sido ruidoso, pero sí sistemático. Así, hemos aportado valoraciones técnicas sobre cuestiones de orientación en instrucciones, órdenes, decretos o incluso leyes, como la LOMCE; extendemos las charlas formativas a profesores y familias, contando con profesionales de renombre como Elsa Punset, Javier Elzo, o, este octubre, con Carme Timoneda. Nuestro trabajo y nuestra proyección nacional se realizan a través de la Confederación de asociaciones de orientadores COPOE. Una red muy potente con la que participamos en cursos, congresos, artículos periodísticos, estudios y manifiestos sobre la orientación y la educación nacional, entre otras cosas.

No puedo poner punto final sin felicitar a compañeros que junto con sus Equipos o sus centros han obtenido premios de innovación educativa, ni dejar de recordar a otros que llevan la forma de trabajar y la esencia de la orientación a otros países. Así mismo quiero agradecer el esfuerzo y dedicación de las juntas directivas que han estado y están impulsando la Asociación. Por supuesto, hacer un reconocimiento muy singular a Fermín Izquierdo, primer presidente, comprometido y luchador para que APOLAR naciese y creciese. También a Charo Centeno, posterior presidenta, que defendió con voluntad y carácter la orientación educativa.

Y esto, son solo una pequeña pincelada sobre la Asociación de Profesores de la Orientación y una muy breve sobre lo que es la orientación.

 Podemos afirmar que el concepto, la valoración y las disposiciones administrativas sobre orientación hoy han mejorado mucho en La Rioja respecto a sus inicios, pero nos queda a todos: socios, orientadores, profesores, Administración, familias, y colectividad en general, un perseverante camino. Un camino que debemos ORIENTAR y andar unidos para hacer de la EDUCACIÓN el pilar más fuerte de la sociedad y del individuo una persona con un desarrollo integral e integra.


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